Las mesas nos acompañan desde tiempos inmemorables. Son parte indisoluble de la decoración de nuestro hogar, ya sea como espacio para reunirse en familia, para el trabajo o el juego, como elemento decorativo, y en definitiva, para hacernos la vida diaria más fácil y placentera. Deléitate a continuación con nuestros modelos de mesa, y recibe una dosis de buen gusto y elegancia.
Una mesa difícil de corromper bajo cualquier estilo de decoración. Su gran personalidad, viene dada por las líneas suaves y elegantes de su acabado, un color gris claro capaz de arrastrar hacia nuestros comedores toda la armonía visual que necesitan, y finalmente, una superficie de cristal de seguridad realmente exquisita, que juega a la perfección con el metal en las patas de las sillas, o con las propias patas de la mesa, deliciosamente cuadradas.
El dinamismo de nuestras vidas es un concepto que cobra vida en este modelo de mesa de cocina, sutilmente convertido en una pieza de arte gracias al azul bígaro de sus sillas, coronadas además con patas metálicas abiertas, pero también debido a la propia mesa, absoluta monarca con su color blanco, con una base en forma de pedestal muy original, y sobre todo, por la forma circular del modelo, que invita a las mejores experiencias.
Sus líneas sobrias, más bien desnudas de todo exceso, son la carta de triunfo de esta mesa de centro, fiel portadora de la esencia nórdica, y donde la simpleza es una virtud que cualquiera agradecería en su salón. Al mismo tiempo, este modelo, con patas negras que se encuentran en su base, o esa disposición cuadrada sin más intención que la de regalarnos un color maderero muy sutil, son detalles que le permiten triunfar en nuestros corazones.
Pocas veces se encuentran con igual esplendor la elegancia y la funcionalidad. Aquí, en esta mesa de comedor, el sentido de lo práctico, a través de su forma redonda, permite reunir a todos los comensales a la misma distancia. Pero si la intimidad está garantizada, más aún lo está nuestro deleite visual, pues la superficie de cristal, exitosamente combinada con la madera, y para rematar, sus sillas con pinceladas clásicas, son un encanto arrollador.
Para el día a día tan vertiginoso, o ese estilo de vida tan dinámico al que los entornos urbanos nos arrastran, no existe mejor excusa que esta mesa de marcado estilo industrial. Sus dimensiones, son perfectas para prácticamente cualquier tipo de cocina donde se necesite apostar por la practicidad como nunca. Además, los asientos tapizados en un rojo inspirador, también se unen a esa intención de hacer de nuestras cocinas, un espacio “vivo”.
Los salones del hogar, son un espacio propicio para nuestra recreación, para compartir en familia, o bien, para recibir a nuestras visitas con todo el glamur y el buen gusto posible. Precisamente, cuando contamos con una mesa de centro como esta, todo el éxito juega a nuestro favor. Entremezclada con toques rústicos y modernos, no podríamos más que rendirnos a los pies de este modelo, donde la madera, o el diseño tan exclusivo de sus patas, son maravillosos.
Si quieres contar en tu salón con un ambiente diáfano, productivo, y sobre todo, moderno, esta mesa de centro es todo lo que necesitas. Espaciosa, cómodamente redonda para apoyar la fuerza visual del lugar, y con la madera como aliada, no cabe dudas de que estamos ante un modelo como pocos. En especial, nos ha encantado la curvatura de sus patas, y la doble superficie que incorpora, para decirle que sí a toda la funcionalidad posible.
Una mesa con tal poder de seducción, que poco o casi nada valdría describirla, más allá de hacer notar su combinación explosiva de blanco con negro, que sin duda le aporta una esencia moderna indisoluble, o tal vez, la forma de su base en pedestal, coronada con detalles en cristal y metal, y unas sillas minimalistas que se encargan de cerrar el modelo, y proponerlo a nuestra vista como uno de los más hermosos y exquisitos que hayamos alcanzado a ver alguna vez.
Así es. Su lacado en blanco, es un homenaje fiel que esta mesa hace a la pureza intrínseca que toda cocina debería defender. A fin de cuentas, aquí es donde nuestra familia se reúne, donde participamos de las labores culinarias, y para ello, se necesita equilibrio, buenas vibras, entusiasmo. Precisamente, de eso, va sobrada esta mesa de cocina, no sólo en su color blanco, sino también en su acabado casi rústico, o en su infinita amabilidad.